Quiero contarle una historia de algo que me sucedió hace pocos días.
Gracias a Dios tengo la bendición de no ser una persona propensa a enfermarse frecuentemente. Me considero más bien un hombre muy saludable. Es probable que pesque algún resfriado o fiebre 1 vez o tal vez 2 veces en todo un año.
Pero hace unos 4 días, comencé a sentir algunas molestias en la garganta, sintiendo dolor al tragar.
Luego al día siguiente esos síntomas no desaparecieron sino todo lo contrario: En la escala de 1 a 10, el dolor del primer día era un 4 y al día siguiente había subido a 5.
Antes de seguir con esta historia, quiero contarle que hay algo que yo valoro muchísimo, y es mi tiempo.
No me gusta perderlo.
Por ejemplo cuando alguien quiere tener una consultoría uno a uno conmigo, la tarifa que tiene que pagar es de US$ 1,000.00 por hora. Como puede ver, realmente valoro mucho mi tiempo.
No piense que le cuento esto por presumir ni nada por el estilo, es simplemente para que tenga una idea de lo que significa el tiempo para mí.
Por eso mismo, no me gusta ir a visitar un médico, porque el viaje hacia la clínica, la espera en la clínica y la consulta representa u mínimo de 2 o más horas de pérdida de tiempo y por eso lo evito a toda costa.